Luego de siglos y milenios de luchas, de esfuerzos vanos para obtener la justicia y el derecho a vivir, a pensar, al desarrollo del individuo, la mujer ha llegado al punto en el que su papel es reconocido y sus incansables obras de progreso están mostrando resultados.
Al alborear la Nueva Edad y volverse más fuerte la influencia humanitaria, la mujer se equiparará al hombre en todas sus funciones. Las fuerzas positivas y negativas en todas las cosas serán equilibradas y serán obtenidos los mejores resultados y, volviéndose más puras y fuertes, se educarán , a sí mismas en todos los campos, de modo que se desempeñen a fondo a la altura de la mitad que les corresponde en el gran esquema.
El Sr. Heindel dice que la civilización será elevada y restaurada en la Nueva Edad solamente en la medida que se reconozca la parte femenina que ha sido olvidada y que se reeduquen las masas con respecto a su importancia en la vida diaria. Los Egos en cuerpos femeninos naturalmente expresan más las cualidades femeninas eternas del alma y por lo tanto se hallan más a tono con el lado subjetivo de la vida.
Es esta parte escondida de la naturaleza femenina lo que le da el toque de misterio y al cual solo se puede aproximar el hombre en la medida que desarrolle la mujer dentro de sí.
Todo cuanto ocurre en el mundo es el resultado de una ley cósmica: y debido a que el hombre le ha dado más énfasis a la parte masculina a costa de la femenina, que el mundo se ha sumido en el caos y conflicto universal. La civilización ha quebrantado el principio unificador que conocemos como el amor, el aspecto del divino femenino.
Con el tiempo todos aprenderemos que la humanidad solo podrá elevarse observando a la mujer como igual al hombre porque, bajo la ley de renacimiento, el alma renace alternadamente en ambos sexos y los opresores de una Edad aparecen como los oprimidos en la siguiente. La falacia de un doble estándar de conducta que favorece solo a un sexo a costas del otro debería ser aparente a todo aquel que crea en las vidas sucesivas, gracias a las cuales el alma progresa de la impotencia a la omnipotencia. Ha sido demostrado que, lejos de ser inferior al hombre, la mujer es al menos igual y muy a menudo superior al hombre en cargos de ocupaciones mentales.
Como dijo Walt Whitman :
Mujer no desmayes, vuestra tarea todo lo abarca, tu eres la puerta del cuerpo y tu eres la puerta del alma.
El mismo hecho de que intuitivamente sabemos que tenemos dentro de nosotros un gran potencial y posibilidades que buscan expresión, y el hecho de que prácticamente todos ansían desarrollarlas con el fin de desplegar el gran ser que cada uno siente por dentro, y la urgencia de alcanzar una vida más plena, es nuestro testigo diario del propósito verdadero de la naturaleza con respecto al hombre y a la mujer.
Es únicamente debido a que estamos preocupados con nuestras presentes limitaciones y nuestra conciencia individual como Juan Díaz o María Gómez, por lo que raras veces nos damos cuenta de la divina urgencia de ese gran ser dentro de nosotros, el ser que realmente somos, y de cuyas inmensas posibilidades no somos aun conscientes.
Pero, dentro del nuevo milenio, en esta mágica temporada, abramos nuestros corazones a estas enormes posibilidades y hagamos de ésta una experiencia mística.
Crezcamos en comprensión de nuestra unidad con el divino Ego y pongámoslo en acción en nuestra vida diaria, especialmente esta noche, junto a la energía de los terrenos. Podemos manifestar así una mayor y más profunda individualidad, superior a nuestra conciencia de la personalidad.
Entraremos a una nueva vida y nos convertiremos en coacreedores, autogeneradores de nuestra propia energía divina y destino. Comencemos por lo menos a trabajar conscientemente con el propósito real de la evolución.
Esta temporada no ha de ser como cualquier otra. Todos emplearemos el poder de esa riqueza escondida de la que somos conscientes en alguna extensión. En nuestras vidas hemos de encontrar algún nuevo rasgo del carácter para ser moldeado por las energías del nuevo milenio.
Permitamos que nuestros poderes y capacidades sean desenvueltas desde adentro. Que nuestras faltas, debidas a nuestra naturaleza inferior, sean corregidas por el sufrimiento, ese sabio maestro que nos permite reconocer y superar nuestro egoísmo y limitaciones.
Que el milenio traiga una nueva vida y nos dé otra oportunidad de cultivar nuestros talentos y facultades por medio de la fuerza y el poder moral generado por la devoción y la pureza, y
encontremos una mayor capacidad y libertad en esta vida para desarrollarla.
Que, empleando a fondo nuestras oportunidades en el nuevo siglo y nuevo milenio, se desarrolle un nuevo prototipo, de vida en vida, hasta que en alguna futura encarnación en ésta tierra, quizás para el año 3000, nuestro carácter florezca junto a nuestro divino ser y vivamos y trabajemos en la plenitud de nuestro ser espiritual.
Dejemos esta vez atrás el pasado que queremos olvidar y démosle paso al nuevo milenio y al nuevo siglo y tengamos una oportunidad de crecer esta noche. ¿Se preocupa el roble de la semilla de donde salió? ¿O la mariposa de su crisálida abandonada? Nosotros somos hijos de un Universo de Vida y estamos para siempre abandonando lo gastado y desarrollando lo nuevo a partir de lo viejo.
extraído de: RETROSPECTIVA DEL NUEVO MILENIO
Susan Lee White
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Gracias Edgardo! Bendiciones!
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