Fraternidad Rosacruz del Paraguay
LA RELIGIÓN DE LA EDAD FUTURA
Al pensar en la Religión de la Edad Futura, es necesario tomar en consideración otros factores que están conectados y entrelazados, y que tienen una parte importante en la evolución y el progreso Espiritual del hombre y del mundo. Los factores mayores concernientes al progreso del hombre son triples: Social, Económico y Religioso.
Somos testigos de algunos cambios rápidos en el mundo de hoy que están causando trastornos y confusión. La mayoría de la gente no conoce la razón de estos grandes cambios, y eventualmente, incluso no desea que ningún gran cambio se verifique; especialmente los que llevan una vida agradable. No desean ser molestados, y en su satisfacción y egoísmo, no les importa nada acerca de aquellos menos afortunados en la vida. Esto constituye una manifestación más del egoísmo del hombre, el que sabemos, debe ir siendo suplantado paulatinamente por la bondad y la generosidad.
Tanto se ha dicho y escrito de la proximidad del fin del mundo, y tantas predicciones se han hecho, con amenazas de crisis, catástrofes y epidemias, que existe una gran incomprensión y temor en todo el mundo. Este miedo complejo, que las masas pueden tener una tendencia a absorber, es el aspecto más alarmante del cambio de condiciones, y es de lamentarse que algunos de nuestros más prominentes guías de la religión estén continuamente predicando el evangelio del miedo, lo cuál en ocasiones, es motivo o colaborador de casos de suicidios, así como de desarreglos mentales. Los que asistimos a la Fraternidad Rosacruz, sabemos que el miedo es uno de los factores relacionados al Cuerpo de Deseos, y promulgarlo no es algo correcto, en cambio, debemos esforzarnos por superar el temor, desarrollando el valor, la confianza y la fe en Dios.
Pero, volviendo al punto del que tratábamos, surge la pregunta de: Qué es lo que está pasando verdaderamente en el mundo, con tantos cambios físicos de la naturaleza, en ocasiones muy violentos, que vienen ocurriendo de un tiempo a esta parte? Aquí podemos
responder que los estudiantes de la historia antigua (desde un punto de vista esotérico), tanto los de filosofía como los de astrología, conocen las causas verdaderas referentes a las condiciones presentes del mundo. Saben que lo que está sucediendo no es en realidad el fin del mundo, sino el fin de un Ciclo Solar, el cuál tiene lugar a intervalos de 2.000 años más o menos, y en el que se registran grandes cambios mundiales, debido a la presesión del sol a través de cada signo zodiacal. El hecho es que ahora estamos entrando en el final de uno de estos ciclos.
Estamos terminando la era de Piscis, y preparándonos para entrar a la de Acuario. Las condiciones de hoy pueden compararse con aquellas de hace 2.000 años: durante ese periodo había gran inquietud, confusión y miedo; aunque cada ciclo sucesivo está en una espiral mayor de la evolución humana, y lleva consigo el progreso natural efectuado por la humanidad de cada era.
La Humanidad está forzada para seguir adelante con el plan de la naturaleza para la evolución y progreso, bien sea que nos agrade o no. Vemos el fracaso del hombre, haciendo planes, organizaciones y civilizaciones, pero solamente el plan de Dios se desarrolla infalible e incesantemente.
En el tema relacionado al desarrollo de nuestras religiones, tienen mucho que ver los aspectos social y económico de nuestra evolución, porque en el proceso de espiritualizar nuestras mentes y cuerpos, debemos tener las condiciones materiales apropiadas, de manera que el alquimista (el Ego trabajando a través de la mente), pueda cambiar los metales inferiores en oro. La sociedad ya está cambiando; el espíritu cooperativo está en la atmósfera, al menos donde no hay guerra y donde podemos respirar y pensar claramente. Si nosotros pudiéramos tener paz, el espíritu e idealismo de la sociedad cooperativista barrería el mundo.
La naturaleza de las características de las jerarquías que gobiernan la nueva Época de Acuario, son socialista y cooperativista. Es inevitable alguna forma de socialismo, bien sea que se le llame así o por otro nombre, toda vez que es el principio fundamental de un nuevo orden. Las simpatías de estos guías están con las masas; su esfuerzo es elevar el nivel de sus condiciones humanas tanto social como económicamente; esto es, levantar a las masas y a los no privilegiados al nivel de la llamada clase media. Al mismo tiempo estas fuerzas reducen a la clase más elevada o rica, a la clase media y se esfuerza en procurar que toda la gente sea igual social y económicamente. El cambio que se aproxima no es solamente material, sino también espiritual. Estamos en el umbral de una civilización no solamente fecunda en bienestar para todos, sino que también con un entendimiento humano de simpatía, desarrollado por el reconocimiento de los intereses comunes de todos.
Pero antes de que esta civilización pueda tener lugar, debemos pasar a través de un período de experimentación, de inquietud y de eliminación. El mundo debe prepararse para esta condición ideal; debe purificarse hasta cierto grado; y lo que está sucediendo hoy en los países que se están desembarazando de la guerra, así como en otras partes, no es más que el plan de la Naturaleza, que está trabajando en el camino de la eliminación o purificación, de manera que pueda quedar en condiciones para el nuevo estado.
Parece horrible que tantos tengan, o tengamos que sufrir, pero es evidentemente necesario, de manera que el gran plan de la evolución pueda seguir su curso. Aquellos que no acepten la nueva dispensación y trabajen en armonía con los nuevos principios altruistas, deberán hacerse a un lado y esperar hasta una época futura para continuar su desarrollo.
También las condiciones de la tierra deberán cambiar; esta es la razón del porqué tenemos terremotos, turbonadas, inundaciones, etc., pues son necesarios para cambiar el contorno de la tierra. Luego, cuando esta eliminación y proceso de purificación termine, probablemente un gran número de almas muy avanzadas encarnarán en la tierra, para establecer la nueva fraternidad de los ideales del hombre.
Hemos oído y leído lo suficiente acerca de la segunda venida de Cristo y cómo Él debe establecer las nuevas condiciones y reinar sobre la Tierra. Pero la filosofía Rosacruz nos enseña que Cristo no vendrá nuevamente en un cuerpo físico; más bien Él vendrá otra vez en un vehículo etéreo y nosotros lo recibiremos en el aire. Así es que su próxima venida está probablemente muy lejos, y entre tanto debemos mirar hacia otras almas altamente evolucionadas para resolver nuestros problemas actuales.
Nuestro mundo pasa a través de cambios químicos y alquímicos, lo mismo que el hombre y su cuerpo físico; y mientras esto sea verdad, lo más seguro es que debemos esperar enfrentar diversos tipos de dificultades y dolores. Pero estas dificultades son el reto de la vida para el alma humana; es un reto para todo hombre fuerte, de valor, inteligencia y dominio propio. El hombre que no ha conocido las dificultades, no ha conocido la vida, y a menos que ensayemos explorarla y entenderla, nunca sabremos lo que es.
Otro hecho importante en el progreso humano es el sistema económico bajo el cual laboramos particularmente en cualquier tiempo; y evidentemente nuestra salvación social y religiosa presente espera una sensible y práctica reforma monetaria. Cabe mencionar que en todas las palabras y actos de su vida, Cristo enseñó a los hombres el mal del monopolio o capitalismo, y estableció que los bienes materiales deberían llegar a todos, es decir, tener una mejor distribución. Esto está en armonía con los nuevos principios de la edad futura, aunque el mundo en general no esté aún preparado para comprender estas ideas, pues actualmente las personas, por lo general no gustan de considerar cosas que creen son “demasiado” altruistas. Consideran que debe haber “algo en ello”. No miran nada como norma de conducta completamente natural si no ofrece alguna oportunidad de “conseguir algo de” sus semejantes.
Las empresas comerciales se planean y conducen según ese principio, y, ante la mente de esos que están esclavizados por el deseo de acumular riquezas inútiles, la idea de la Fraternidad Universal conjura las terribles visiones de la abolición del capitalismo y su inevitable consecuencia, la explotación de los demás, con el inevitable naufragio también de los “intereses del negocio”.
La palabra “esclavizados” describe exactamente ese estado. De acuerdo con la Biblia, el hombre debería tener dominio sobre todo el mundo, pero en la mayoría de los casos es cierto lo inverso: es el mundo quien tiene dominio sobre el hombre. Cada hombre que tenga intereses propios admitirá, en sus momentos de lucidez, que constituyen para el una fuente inagotable de fastidios; que se ve constantemente obligado a hacer planes con sus posesiones o, por lo menos, a cuidarlas para evitar ser desposeído de ellas, pues sabe por “dura experiencia” que los demás están siempre tratando de conseguir ese fin. El hombre es esclavo de todo lo que, por inconsciente ironía, llama “mis posesiones”, cuando en realidad son éstas las que lo poseen a él.
Con respecto a la evolución del hombre sobre la tierra, mencionamos el siguiente párrafo extraído del Concepto Rosacruz del Cosmos: “Dos razas más se desarrollarán en nuestra Época presente, una de ellas será la Eslava. Cuando en el transcurso de unos centenares de años, el Sol (debido a la presesión de los equinoccios) haya entrado en el signo de Acuario, el pueblo ruso, y las razas eslavas en general, alcanzarán un grado de desarrollo espiritual que los llevará mucho más allá de su condición actual.
La música será el factor principal para llevar esto a cabo, porque en alas de la música, el alma que es por ella afectada, puede volar hasta el mismo Trono de Dios, adonde no puede llegar el intelecto. Es necesario destacar, sin embargo, que el desarrollo obtenido de esa manera no es permanente, por ser unilateral y no estar por lo tanto en armonía con la Ley de la Evolución, la que exige que, para que el desenvolvimiento sea permanente, éste debe ser equilibrado; o en otras palabras, que la espiritualidad debe evolucionar a través, o por lo menos igualmente con el intelecto. Por esta razón la civilización eslava será de vida corta, pero será grande y feliz mientras dure, porque ha nacido del dolor y de sufrimientos sin cuento, y la ley de Consecuencia le llevará lo contrario a su debido tiempo.
De los Eslavos descenderá un pueblo que formará la última de todas las razas de la Época Aria, y del pueblo de los Estados Unidos descenderá la última de todas las razas de este esquema evolutivo, que comenzará su curso al principio de la Sexta Época.
Para comprender mejor esto último se puede mencionar que, según la enseñanza de la Filosofía Rosacruz, se dividen los estados de desarrollo de la Tierra en períodos llamados “Épocas”. Ha habido cuatro de estas épocas, las que se denominan como sigue: La Polar, la Hiperbórea, la Lemúrica, la Atlante. La Época actual es la llamada Época Aria o Quinta Época.
No hay duda que hoy estamos contemplando esta profecía, y la regeneración de las razas Rusas y Eslavas tuvo su principio con la revolución Rusa. Ese país ha estado atravesando un período continuo de experimentación y rehabilitación desde aquel tiempo. Hemos leído bastante acerca de la persecución de la religión en esos países desde hace muchos años, pero cuando sabemos y comprendemos que enteramente del todo, un nuevo sistema de religión será inaugurado en el principio de la nueva época, podremos vislumbrar el significado de la destrucción de las iglesias ortodoxas.
Podemos aun ver el principio de esta nueva religión que tendrá allí su origen, pues antes de que podamos edificar una casa nueva, la vieja tiene que ser derribada, y sabemos que este es el destino del hombre, para que pueda establecerse esa nueva religión.
Cada individuo deberá buscar a Dios dentro de sí mismo, y no como en el pasado, confiando en los altos sacerdotes u otros fuera de él mismo, para su salvación espiritual. Es a través de tristezas y sufrimientos indecibles que el hombre se enfrenta cara a cara con el Dios dentro de sí mismo, y entonces escucha la pequeña voz intima del silencio, que lo guía hacia mayores alturas.
El factor religioso es el más importante en el progreso del hombre. Al principio de cada nuevo ciclo se inaugura una nueva fase de religión. Con la proximidad del ciclo de Piscis, hace 2.000 años, una nueva religión universal fue establecida en la tierra por los discípulos de Cristo. Hemos leído las dificultades con que tropezaron para que la gente aceptara esta nueva teoría, y de las luchas que tuvieron que pasar para poner los cimientos de la nueva iglesia.
En cada época, el hombre ha tenido la clase de religión particular que más le conviene para su desarrollo y crecimiento espiritual. Aquí podemos mencionar a las Religiones de Raza, que según la Filosofía Rosacruz, están todas regidas por el Espíritu Santo o Jehová, y tienen la característica de que influyen en el hombre desde afuera; puede decirse que las mismas son insuficientes, porque están basadas en la Ley, lo que produce el pecado y acarrea la muerte, el dolor y la tristeza.
Además, el principio fundamental de toda religión de raza es la separación, inculcando la investigación propia, a expensas de otros hombres y naciones, y es evidente que si ese principio se lleva a sus últimas conclusiones, debe tener necesariamente una tendencia destructiva, que finalmente frustraría la evolución, a menos que fuera sucedida por una religión más constructora. Esta fue entonces la razón que hizo necesaria la intervención del Cristo, para salvar a la humanidad de las influencias separatistas necesariamente contenidas en todas las religiones de raza y por cuyo motivo, bajo el régimen de Jehová, la unidad era imposible.
Así pues, la Ley debe en algún momento hacer lugar al Amor, y las razas y naciones separadas deben unirse en una Fraternidad Universal, con el Cristo como Hermano Mayor. Sin embargo, la religión Cristiana no ha tenido aún el tiempo necesario para realizar ese gran objetivo.
El hombre está aún bajo la influencia del espíritu de raza dominante, y los ideales del Cristianismo son aún demasiado elevados para él. La inteligencia puede ver alguna de sus bellezas, y fácilmente admite que debemos amar a nuestros enemigos, pero las pasiones del cuerpo de deseos son aún demasiado fuertes, y como la ley del Espíritu de Raza dice “ojo por ojo”, el sentimiento dice “me vengaré”.
El corazón anhela amor, pero el cuerpo de deseos espera la venganza. La inteligencia ve en abstracto, la belleza de amar a nuestros enemigos, pero en casos concretos, se alía con los sentimientos vengativos del cuerpo de deseos, con la excusa de hacer justicia, porque el “organismo social debe ser protegido”.
La iglesia Católica, y últimamente las iglesias Protestantes que fueron sacadas del Catolicismo, han servido bien a la humanidad en el ciclo que está terminando. Ellas suministraron cierto aspecto de desarrollo espiritual que entonces necesitó el hombre (esto no significa que debemos necesariamente dejar de practicar estas religiones, si somos afines a ellas).
Pero como nos estamos aproximando a la nueva Época Acuaria, ya vemos signos de las fases de una nueva religión, que gradualmente se está anunciando. Vemos que el pueblo está saliendo de las iglesias ortodoxas por varias razones, buscando otros canales para apaciguar su hambre de conocimiento y crecimiento espirituales.
Esto se debe a que han sido graduados en las viejas escuelas y han aprendido lo que allí se enseñó, y naturalmente están buscando instituciones de más elevado conocimiento espiritual. En el pasado, el dogma y el credo segregaron al pueblo y levantaron un muro, causando divisiones que los hizo luchar por determinadas doctrinas y un nombre vacuo o con falta de contenido. Pero en la nueva época las doctrinas dogmáticas y grupos ritualísticos no podrán sobrevivir, pues el amor de Cristo las absorberá, como fue proyectado.
La religión es un método para desarrollar las cualidades espirituales en el hombre, que se desenvuelven gradualmente. Todas las doctrinas religiosas son expresiones de la verdad, y como todo el objeto es la evolución de la naturaleza espiritual en la humanidad, este fin se logra finalmente a despecho del concepto equivocado y las desavenencias en cada doctrina.
Pero ahora estamos entrando en una época científica y el pueblo se opone a continuar con datos y doctrinas que no le inspiran confianza, y lo mismo sucede con la lógica que es rechazada por los pensadores individuales y la ciencia misma. Se necesita una religión más profunda y real para la nueva era de pensamiento, en contraste con la fe ciega del pasado.
Para una idea ulterior de la próxima religión de la edad futura, tomamos una descripción de Max Heindel en el Mensaje de las Estrellas: “La Edad Aria puede ser dividida en tres eras, pero todas sirven a la religión del Cordero. La primera división abarca el tiempo en que el Sol por presesión cruzó el signo de Aries, el Cordero, entonces vino Cristo e inauguró esta nueva enseñanza definitivamente. Pero no vino para destruir las viejas profecías y la ley, sino para darnos a todos algo superior para cuando aquellas se hubieren completado. El signo opuesto a Aries es Libra (la balanza de la justicia) y, por tanto, se nos dice en la nueva religión que vendrá un día del juicio, cuando Cristo volverá a aparecer para dar a cada uno lo que se ha merecido”.
La segunda división corresponde al período en que el sol por presesión estaba abandonando el signo de Aries, el Cordero, y entraba en Piscis, el signo de los Peces. En consecuencia, Cristo llamó a sus discípulos “pescadores de hombres”. El signo opuesto a Piscis es Virgo, y “encontramos también a la virgen celestial muy preeminente, y la espiga de trigo de Virgo, es el pan de vida, que debe ser ganada por medio de una pureza inmaculada. De este modo Cristo alimentó a la multitud con peces (Piscis), y pan (Virgo).
Pero en la dispensación de Piscis, el comer carne estaba prohibido en días determinados, porque así al hombre se le estaba enseñando a dominar los embates de la lujuria de la carne. No obstante, el hombre se encuentra aún dominado por la práctica canibalesca, y en el tiempo que todavía falta para que la Época de Acuario se manifieste definitivamente, probablemente todos habremos hechos grandes esfuerzos para dominar el deseo de la carne, porque Virgo, la inmaculada virgen celestial, y las espigas de trigo contenidas en tal signo, nos señalan ambos ideales tan provechosos para el desarrollo del alma en el tiempo actual.
La tercera división a la que nos estamos aproximando, “cuando el sol por presesión entre en el signo celestial de Acuario, el Aguador, vendrá una fase de la religión del Cordero, exotéricamente, y aquí, la clave del ideal que debemos perseguir está indicada por el signo opuesto a Acuario, Leo.
La Luna, que es la habitación del regente de la raza, Jehová, está exaltada en Tauro, el signo del Toro, y todas las religiones de raza, aún en la fase mesiánica de la religión Aria del Cordero, pidieron una víctima propiciatoria para cada trasgresión de la ley.
Así también, el Sol está exaltado en Aries, y cuando el gran espíritu solar, Cristo, vino como una Gran Sacerdote de la religión Aria, abrogó el sacrificio hacia los otros, mediante “la ofrenda de Si mismo como un sacrificio perpetuo por el pecado”.
Observando el ideal maternal de Virgo durante la Edad de Piscis, y siguiendo el ejemplo de Cristo como un servicio de sacrificios, la inmaculada concepción se torna en una experiencia real para cada uno de nosotros, y Cristo, el Hijo del Hombre (Acuario), nace internamente. De este modo, gradualmente la fase tercera de la religión Aria se manifestará y un nuevo ideal se hallará en el León de Judá (Leo).
Por tanto, una referencia importante que tenemos lo constituyen las cualidades virtuosas del signo de Leo: valor y convicción, fortaleza y nobleza de carácter, capacidad de brindar una amistad leal y sincera, ya en la pobreza, ya en la riqueza, gran fuerza de voluntad, que los hace generalmente capaces de llegar en sus empeños hasta la cúspide, saltando por encima de todas las trabas y obstáculos, capacidad de mostrarse magnánimos, aún con el más grande de sus enemigos; y virtudes semejantes, que harán realmente del hombre el Rey de la Creación, digno de la confianza y del afecto de las oleadas de vida inferiores, así como del amor de las Jerarquías divinas que están sobre él.
Leo, está simbolizado por el León, que significa fuerza en la manifestación, o poder, fortaleza, y valor. Estas son todas las cualidades que se desenvolverán dentro del mundo. Leo También significa la Tribu de Judá, que esotéricamente representa el espíritu interno y el entendimiento de las verdades espirituales. La Tierra de Judá es el país predilecto amado de Dios, los escogidos del Señor, almas de calidad, en las que la divina naturaleza se desarrolla.
La palabra clave de la dispensación de Piscis fue “Yo creo”. Todas las cosas eran aceptadas como dádivas, debido a la fe únicamente, y no se consideraba propio el investigar acerca de los misterios de Dios o del Universo.
Pero en la nueva religión Acuaria, la palabra-clave es “Yo sé”. Hoy la humanidad no puede continuar por más tiempo satisfecha en la creencia, ni podrá aceptarlo todo basado solamente en la fe; sino se verá impelida a investigar los misterios de la vida y de la muerte, con el objeto de “saber”.
La religión de la edad futura dará al hombre oportunidades para conocer su verdadera naturaleza espiritual, lo mismo que a Dios. Como se cita en los servicios devocionales del Templo: “Ahora vemos a través de un vidrio opaco, pero entonces, lo haremos cara a cara. Hoy conocemos en parte, pero entonces, podremos conocer a medida que nos esforcemos en saber”.
Las palabras clave de la época Acuaria son: humanitarismo, fraternidad universal, cooperación, altruismo, inventos y ciencia. La nueva religión será científica, debido a que el hombre querrá probarlo todo, y la ciencia está ahora en el umbral de grandes descubrimientos en los planos metafísicos, que antes le habían sido incomprensibles.
Este nuevo conocimiento hará que la religión de esa edad sea científica y la ciencia religiosa. El símbolo de Acuario es el Aguador. El agua aquí, representa la verdad de la fuente de entidad divina. Se refiere al despertar de la conciencia del hombre inferior al hombre espiritualmente elevado. El agua es el símbolo de la Verdad o de la Entidad eterna y el curso de toda manifestación.
Acuario representa el Hijo del Hombre y simboliza el camino de la perfección; el alma que todavía no ha completado su desarrollo y perfección, pues el alma perfecta es el Hijo de Dios. Jesús fue conocido como tal, y llamado el Hijo de Dios, porque es un alma perfecta. También se le llamó el Cordero de Dios, que es el símbolo del sacrificio divino; nació para poder morir por el adelanto humano.
Actualmente Acuario es de una importancia suprema para nosotros en nuestro sistema solar; es el signo hacia que el sol avanza con rapidez y su influencia está ganando ímpetu y potencia con cada década que pasa. La creciente influencia de Acuario es en gran parte responsable de los cambios que están efectuándose ahora, en toda nuestra vida planetaria y en todos los reinos de la naturaleza.
La influencia de Acuario es omnipresente e inter-penetrante. Afecta a la conciencia, lo que a su vez afecta a las formas de vida externas. De hecho, la era de Acuario, que ya es parte de la conciencia humana actual, es más una cuestión de conciencia que de tiempo. Los miembros de la familia humana que responden a los principios y valores inherentes a Acuario, son ya en parte acuarianos, en conciencia y actividad, aunque la humanidad en su totalidad está todavía luchando a través del período de transición, saliendo de Piscis.
La conciencia del verdadero Acuariano se ha expandido desde la intensa autoconciencia de la persona media a la conciencia grupal del servidor mundial. El individuo se transforma gradualmente en lo universal, sin perder en lo más mínimo su identidad espiritual individual.
Así, se va estimulando la capacidad espiritual de los individuos de amar y servir a sus semejantes, de volverse inclusivos y compasivos, y de compartir sus recursos propios libre y plenamente, buscando satisfacer una necesidad reconocida. Una influencia así es muy necesaria en un mundo en el que la humanidad se ha cristalizado en una condición de egoísmo y separatividad.
A la larga, nada podrá impedir que las poderosas energías desciendan a través de la constelación de Acuario. Estas energías están dominadas por el rayo de amor y de sabiduría y por el poder de anclar la energía espiritual en la forma material. Esta energía amplía la experiencia y expande la conciencia. Es una fuerza irresistible que barre a la humanidad hacia la nueva era, a pesar de sí misma, y de su resaca y resistencia Pisciana. Los impedimentos al progreso que ahora parecen tan inmensos y que tienden a deprimir y desanimar al espíritu pionero, son nuestra propia creación. Representan el total de nuestras actitudes de mente y corazón, todavía no transformadas.
Pero aquello que hemos creado puede ser cambiado o desechado, construyendo de nuevo según los cambiantes requerimientos del mundo actual. Este estado de conciencia Acuariana, como fuerza omnipresente en numerosas personas hoy, no puede dejar de estimular el cambio en la conciencia de toda la humanidad.
En la medida en que los servidores mundiales del reino humano puedan mantener su actitud dentro de la corriente de energía de Acuario, recibiendo, dando y viviendo el poder y el amor al que tienen acceso, servirán para irradiar y transformar la totalidad del entorno humano. El prolongado esfuerzo del alma para controlar la personalidad culmina en Acuario y el discípulo avanza, desde el punto de vista técnico, a la experiencia del sendero de iniciación. En el centro de toda experiencia influida por Acuario se encuentra la belleza de la vida grupal, el bien grupal y el servicio grupal. Esto no implica a unas personas viviendo juntas sin más, sino esa conciencia inclusiva, o estado mental, que piensa en términos de totalidad.
El servicio, que es la nota clave de Acuario, es una Ley divina. Esta Ley del Servicio fue expresada plenamente por primera vez por el Cristo hace dos mil años. Fue el precursor de la era de Acuario, y de ahí su constante énfasis sobre el hecho de que El era el "agua de vida", el "agua viva" que la humanidad necesitaba. Por ello el nombre esotérico de esta ley es "el agua y los peces".
La era de Piscis preparó lenta, muy lentamente, el camino para la expresión divina del servicio que será la gloria de los siglos venideros. En la actualidad, tenemos un mundo que está llegando lentamente a la comprensión de que "ningún hombre vive para si solo" y de que sólo a medida que el amor, acerca del cual tanto se ha escrito y hablado, encuentre su salida en el servicio, pueden los seres humanos empezar a dar la talla de su capacidad innata.
Así pues, a través de la influencia de Acuario, podemos utilizar conscientemente la oportunidad y las energías disponibles para ayudar a elevar y expandir la conciencia humana hacia la nueva era de Acuario. Oportunidad, iluminación y hermandad son tres regalos que se confieren a la humanidad durante la era de Acuario: oportunidad de crear los cambios necesarios; la extensión de la luz del alma, intuitiva e iluminadora; y el crecimiento de las correctas relaciones humanas, la unidad y la hermandad.
La religión Acuario-Leo florecerá en la última de las tres eras que servirán a la religión del Cordero, empezando con la Época Aria, Aries-Libra; luego la Época de Piscis, Piscis-Virgo; y finalmente con la próxima Época Acuariana, Acuario-Leo. En este período tendremos todos la oportunidad de seguir sus pasos, y espiritualizar nuestras mentes, así como también de despertar otras facultades latentes, para convertirnos en perfectos Hijos del Hombre.
QUERIDAS HERMANAS Y QUERIDOS HERMANOS, QUE LAS ROSAS FLOREZCAN SOBRE VUESTRA CRUZ!.
Jesús Cabral
Julio 2009
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